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26 Lo portentoso del P. Esteban de Adoain ridad heróica, consiguiendo más de una vez, que ce– sara la peste súbitamente bendiciendo al pueblo con el estandarte de la Divina Pastora. Dura persecución se suscitó contra él y contra el Beato Padre Clar'et, que era otro apóstol de Cuba. El santo Arzobispu defendió con energía y muy cumpli– damente al Padre Esteban. Mas no logró que los fariseos abrieran los ojos para ver en la predicación del misio– nero un llamamieP-to divino, V EN GUATEMALA Y EL SALVADOR No olvidaba nuestro ejemplar misionero -religioso Capuchino. Fué su anhelo vivir en con la Orden. que era . contacto Por lo mismo, desvanecida la esperanza de funda– ción de un colegio misionero en Cuba, que había sido durante , tanto tiempo su sueño dorado, y sabedor de que en Guatemala habíanse reunido formando Comu– nidad varios capuchinos. de los exclaustrados en És– paña, surcó de nuevo el Océan~ en Octubre de 1856 y se incorp:nó a la pequeña comunidad establecida en Antigua Guatemala. - Su tenor de vida continuó siendo el mismo que en