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154 Epílpgo Pues por eso he querido que sea mi canción una plegaria: Padre Esteban de Adoain: Declinó el tiempo jornada tras jornada, y tus cinco talentos, duplicados, .relucieron al sol que no se apaga. :Para los pies descalzos y andariegos tienes ya una peana; tus huesos son reliquia, tu recuerdo se ahonda en la esperanza; te buscan los deyotos, los altares te aguardan... Todo es luz cenital y eterna lumpre nimbando su figura soberana; que el cielo sus favores por tu favór derrama .. : Padre fa¡teban de Adoain: E'n la porfía de amorosas demandas la mía va también: Haz que ame siempre con afición seráfica, y que derroche el bien, sin regateos, como tú derrochabas; que enflore para todos las espinas y vierta en derredor risa y fragancia, y en mis adentros el dolor d~ todos se purifique y árda ... Hazme flor de trigal, siempre es<::ondida, hazme espiga en sazón que se desgrana. ¿Qué importa que no colme mi granero,