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144 Lo portentoso del P. Esteban de Adoain María nos escribían: «Hay aquí más devoción al Padre Esteban que a San Antonio de Padua ». El nuevo sepulcro.-Había llegado _ la hora. Era ne– cesario preparar un suntuoso Ill:8-usoleo que guardara dignamente los venerandos restos del egregio misio– nero. A una llamada del activísimo Padre Gonzalo de Cór– doba, Capuchino del convento de Sanlúcar llovían do– nativos de toda Andalucía y de toda España. Es un hecho sorprendente. Ni una sola provincia de España ha dejado de contribuír a sufragar los gastos del nuevo sepulcro. Todas las clases sociales han hecho un alarde de generosidad. La nueva tumba del Siervo de Dios se halla en el int_erior de una Capilla situada en el vestíbulo de la iglesia de Capuchinos de Sanlúcar. Se principió por restaurar dicha CapJla. El suelo es todo de m~rmol blanco. Un amplio zócalo de mármol rojo jaspeado lo circunda, excepto la parte ocupada por la tumba del Siervo de Dios. El frente ·del altar es df jaspe y alabastro. Ha sido costeado por Sus Altezas Reales los Infantes don Al– fonso de Orleans y doña Beatriz de Sajonia. El retablo es de madera de cedro. El centro del retablo está ocu– pado por el Santo Cristo d~ las Misericiordias. A la suntuosa restauración de la Capilla han contri– b uído también con costs:,sos donativos, altas personali– <lades: doña Concha Mármol, Vda. de Vallejo, de Andú-