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por el P. Gumersindo de Estella 11 5 hacer prueba, vi que podía caminar s,in muletas. Agra– decido al Siervo ,de Dios, le envío a usted diez pesetas pera la Causa y deseo que este gran favor se publique para gloria de Dios y del Venerable· Padre Esteban.– Soy de usted afectísimo se.tvidor.-Nemesio Beramendi ». La precedente carta llegó acompañada de un Certifi– cado del Párroco Don Angel Guruceaga, el cual afirma y ratifica el hecho, añadiendo que el enfermo, comenz? la Novena el día doce de Junio y la terminó el 20. Y' que ese día veinte se sintió mejorado y abandonó las muletas, sin que haya recurrido al uso de las mismas posteriormente. El certificad(? lleva fee¡ha de ?.7 de Julio. , DURANTE UN FURIOSO BOMBARDEO AEREO.~ En esta página el escrjtor se ve precisado a hablar de sí mismo. Los lectores sabrán perdonárselo, _convencí~ ·dos de que debe hacerlo pe.rá gloria del Venerable Pac dre Esteban. Era en época l~ctuosa para España; fué día de terró; para Zaragoza. No olvidar~mos fácilmente los que allí vivíamos, la amarga fecha de cinco de Noviembre de 1937. La ciudad, orgullo de Aragón, fué invadida por una oleada de aviones del Ej ército republicano. Las cuatro de la tarde; sol espléndido; _cielo az1;1L Temperatura tibia. Embutido en mi celda monacal, es– cribía con suma delectación un capítulo de la Historia y Empresas Apostólicas del Padre Esteban de A-doain.