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por el P. Gumersindo de Estella 107 sin probabilidad de r,éplica, la existencia de interven– ciones sobrenaturales, se determil'}a la Iglesia a publicar el Qecreto de Beatificación. Si el hecho prodigioso es una curación, intervienen -en el Proceso los Profesionales de la Medicina que asis– tieron al enfermo. Y ellos son interrogados p.Jr otros Doctores en Medicina y por Teólogos, separadamente, ohligándoseles a guardar secreto. acerca del sentido de sus declaraciones, hasta después de terminado el Pro– ceso. El Doctor incrédulo más escéptico no se resistirá a caer de rodillas ante un Beato o un Santo, si lee aten– tamente los Procesos que se le siguieron. , El Padre Esteban de Adonin ¿ha hecho milagros después de su muerte? Nos está vedado ·contestar cate 0 góricamente a esta pregunta. La Iglesia la contestará cuando se hayan terminado todos los Procesos. Sin -embargó queremos satisfacer la legítima curio– sidad de los fieles, exponiendo aquí algunos de los innumerables sucesos extraordinarios que se vienen re– gistrando desde la fecha de su santa muerte. En tan delicado asunto vamos, a proceder con suma cautela. Si se trata de curaciones sorprendentes, ni los Doc– tores en Medicina ni los Doctores en Teología ·han de resolver y calificar los casos, sino. la Iglesia con su autorid~d suprema, que sabe asesorarse conveniente– mente, como queda dicho.