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102 Lo portentoso del P. Esteban de Adoain Padre Martín de San Martín de Provensals. Proceso diocesano de Beatificación, folio 1.091). CURIOSO INCIDENTE.- Una de las bellas ciudades del Estado de El Salvador es Sonsonate, capital del De– partamento de su nombre, situada a unos veinte kiló– metros del puerto de Acajutla, por el que comunica con el Pacífico. En aquella importante población predicaba el Siervo de Dios en el mes de Marzo de 1864. Cierto joven bastante libertino y de ideas revolucio– narias, a quien no le faltab an ribetes de cultura, entró en el templo para escuchar al predicador, no con anhe– los de aprovechamíento espiritual, sino más bien acu– ciado por la curiosidad, que tan natural es en todos los hijos de Eva. Acompañábanle dos o tres amig-os de la misma laya. Miraban de hito en hito -al pr edicador, contemplándole con sonrisa· burlona. Llamábales sin embargo la aten– ción la amplia barba del misionero, que le caía majes– tuosamente hasta la cintura. Aquel adorno que comunicaba al Siervo de Dios as– pecto venerable y que tan desconocido es en los países tropicales, intrigaba much,o a nuestros jóvenes imber– bes. ¿Será d_ebido a esa cascada de plata, que estas in– felices gentes están encantadas de ese hombre? Esta pregunta flotaba en el alma del joven revolucio– nario. Y se creyó en el deber de realizar algo positivo,