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· poa el P. Gumersindo de Estella 97 despidieron de la Comunidad los dos inconstantes alu- didos por el ·Padre Esteban. 1 El otro, llamado Fray Rafael de Paradas, fué un ex– celente religioso que falleció santamente en uno de los conventos. de Andalucía. · Este religioso, a quien tuvimos la suerte de tratar, es . el que nos refirió el diálogo habido con el Padre Esteban. A VIDA MAS FELIZ.-'En la villa de Fuentes de An– dalucía reverberó el último destello de aquel astro ful– gurante de celo apostólico. Sucwnbiendo al rudo tra– bajo de una misión con sermones de gran fuerza paté- · tica, cayó enfermo y hubo de guardar cama durante un mes. Era en Febrero de 1879. Visitaba como profesional al eqregio enfe.rmo, el médico titular de la villa Don Juan Carrera. Este honorable señor manifestó al Padre Esteban, que tenía una hija enferma llamada María Dolores, la cual era víctima de una tuberculosis. El padre de la pa– ciente solicitaba, como gran favor, del Siervo de Dios, que orase por ella, seguro de que había de conseg1,1ir del Cielo su curación. El venerable Padre dijd al atribulado caballero: «El día· de la fiesta de mi Seráfico Padre San Francisco . su piadosa hija estará en sitio mejor, donde se hallará más feliz ». En efecto, pocos meses ~después, el día 4 de Octu- 7
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