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-83 En el Aserradero (Isla de Cuba) uno de los concu– binarios, después de oir un sermó.n deIPadre Esteban, dijo a la joven con quien vivía escandalosamente: «No te espantes de las amenazas del Predicador. Dame un abrazo». Y la abrazó en presencia de muchas personas. Pero en el momento mismo cayó muerto repentinamen· te. Sucedió esto en Mayo de 1853. Y el 28 de Agosto del mismo año. al tiempo en que terminaba la misión en San Andrés, mientras los fieles cantaban letrillas de despedida a la Divina Pastora y el Padre Esteban daba la Bendición Papal, un joven y una muchacha burlábanse de la piedad de la gente y del misionero, causando indignación en los que los veían. Aquella misma noche murieron los dos repentinamente. Esto causó gran terror en todo el público; y todos lo tuvieron por un castigo de Dios. Durante la misión de Giguaní, predicada por el Pa– dre Esteban desde el 16 de Noviembre hasta el 6 de Di– ciembre de 1852, cierto hombre lascivo, después de oir el sermón del Siervo de Dios, dijo a una mujer en la ca– lle oyéndolo el Pártoco: <Espérame en tu casa, que lue– go voy a despedirme de ti. .. :. En efecto: fué a casa de ella, ofe.ndiernn a Dios torpemente durante la noche. Pero 'el Cielo tomó venganza de' tanta malicia y obsti- .·nación. Porque él murió instantáneamente al lado de ·ella a la una de la madrugada; y la mujer murió a las ~os, o sea, una hora después. · Terminada una misión predicada por este Siervo de

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