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-53- bios del republicanismo cantonal, no parecía dispuesto a recibir orientaciones de carácter religioso. A fuerza de constantes y largas propagandas se había creado, no sólo entre las clases trabajadoras, sino entre perso– nas de buena posición social, un ambiente nada favo– rable a la Religión, a la Iglesia y a sus ministros. Las palabras misión y misionero no se podían pronunciar aun por los años de 1877, sino con riesgo de escuchar protestas. Sin embargo el Padre Esteban logró insinuarse en todas las clases sociales, despertó simpatías en todo el público. Las misiones que comenzaban con escaso nú– mero de personas, terminaban en las plazas, como se dijo en la Biografía, por ser insuficientes las iglesias para contener las muchedumbres que iban a oírle . Sus sermones terminaban casi siempre entre los sollozos y lágrimas de los oyentes. En varias ciudades operóse un cambio saludable y una reforma total de costumbres con la sola palabra de este apostólico varón. Referiremos un hecho particular acaecido en Sevilla. por un sermón sin gracia,,,, En el mes de Mayo de 1880, estando gravemente enfermo, con los pulmones mortalmente heridos, con las piernas inflamadas, con el pulso alterado e irregular, recibió obediencia del Comisario Padre Llerena para predicar en Sevilla la Novena de la Divina Pastora .