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-42-~ años de apostolado del venerable Padre Esteban: y es la fecunda eficacia de su palabra, no solo en sus predi– caciones, sino en las exhortaciones que privadamente dirigía a almas necesitadas. Recuérdese lo que dijimos acerca de la facilidad con que logró la reducción de algunas tribus de indios del Apure en VPnezuela. En Caracas obtuvo la conversión de un personaje de calidad, célebre en toda la República, el cual había vivi– do escandalosamente en el torpe vicio del concubinato . Durante su viaje de Venezuela a Cuba, en Enero de 1850, obtuvo la conversión de varios herejes norteame– ricanos de la secta de los cuákeros. En Noviembre de 1851 rindióse a las exhortaciones del Siervo de Dios en El Ramón (Isla de Cuba) una mujer protestante, de 31 años de edad, natural de Ha– lifax y llamada María Isabel Jupp, la cual había pro– puesto al Padre Esteban trasladarse con ella al Canadá, donde la· misma tenía, según parece, su principal patri– monio. Intentó prender al misionero, y quedó prendi– da... Bautizóse y abjuró sus errores. Durante el tiempo que el Padre Esteban predicó mi– siones en Cuba, el Venerable Padre Clan~t estimábalo como su mejor auxiliar; y cuando el propio Arzobispo de Santiago no conseguía fruto en algún pueblo, envia– ba después a! Padre Esteban, cuyo ministerio era coro– nado con feliz éxito, como aconteció en El Zarzal en Agosto de 1852.

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