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-33- El Rvmo. Padre Joaquín de. Llevaneras, que tam– _ bién fué súbdito def Padre Esteban, conservaba reli– quias suyas, mas gran número de sermones muy bien– precintados y no pocos documentos referentes a ~ste· gran Siervo de Dios. · El Padre Pedro de Castejón, muy venerado por sfr discreción y religiosa austeridad, solía proponerlo a sus novicios como acabado modelo de virtudes religiosas. Los ancianos Padres que procedentes de la ~xclaus.: tración, vivían en el Convento de Pamplona por los años de 1896, conservaban en el lugar más honoríficq de la habifación por ellos frecuentada, el retrato del Padre Esteban, de quien habían sido condiscípulos éry la juventud; y no hablaban de él sino con exclamacio'– nes de admiración. · · A este tenor pudiéramos ir multiplicando testimo– nios de personas de mayor excepción, que cuanto más trataron al Siervo de Dios, más alto concepto tuvieron . de su santidad. Ya el Emmo. Cardenal Vives había expresado repe– tidas veces su deseo de que se iniciara la causa de Bea– tificación. Mas para ello era necesario saber al detalle toda la larga vida de este varón apostólico. Con pa– cienzuda diligencia logró este éxito el M. R. Padre Ilde– fonso de Ciáurriz, ex-Provincial de la de Navarra. Estudióse en Roma el asunto. Redactáronse los Ar– tículos sobre los que se calcan. los Interrogatorios que son como el nervio del Proceso. Yya en Septiembre de