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~17- En muchos pueblos alfombJaban. et sueh con ramas de árboles y flores al pasar el penitente misionero ;, Los habitantes de Patzum alfombraron con ramas varios kilómetros de camino. En Guatemala, como en Cuba, tuvo ocasión ,el Pa- , dre Esteban de ejercitar su caridad con los apestados. Durante el cólera que se declaró en aquella República, 1omó a su cargo el cuidado del lazareto de la Antigua establecido junto al cementerio, auxiliando a los ataca– dos, espiritual y materialmente. Recorría personalmente las calles. de la ciudad pidiendo ropas para sus pobres coléricos. Ni uno solo se le murió sin Sacramentos. Así que hubo cesado la peste en la Antigua, salió por los pueblos con el estandarte de la Divina Pastora desplegado. En todas partes le recibían como a un mensajero del Cielo. En varios cesó la peste por modo maravilloso al presentarse el Padre Esteban con su es– tandarte, según diremos en otro lugar. El mismo entusiasmo que en Guatemala, despertó en la República de El Salvador, a donde fué llamado en 1859 por la autoridad eclesiástica. Pocos días llevaba predicando en Santa Ana, cuando por orden del Presi- . dente Barrio fué .expulsado del territorio y conducido de noche a la frontera de Guatemala. El pueblo al darse cuenta de lo ocurrido, se amotinó contra el Gobernador que había ejecutado la expulsión y le hizo pagar san– grientamente su sacrílega injusticia. Más tarde, en el año.1865, fué enviado por el Re-
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