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-115- lo propio con una mujer que sufrió un envenena– miento. En el año 1912, se curó en' Bayona un joven tuber– culoso con tres días de oración e invocación al Siervo de Dios y colocandp al mismo tiempo una carta suya en la almohada en que recostaba la cabeza. Aquí hacemos la salvedad que hicimos en la primera página del opúsculo: Nos concretamos a referir la histo– ria de los sucesos extraordinarios; pero nos abstenemos de calificarlos de milagrosos por respeto y acatamiento a las leyes de la Iglesia; a la cual únicamente corres– ponde dictar fallo en estos asuntos. Oportunidad para alcani;ar favores Exhortamos a los fieles que invoquen frecuentemen– te a este gran Siervo de Dios; en cualquiera necesidad, sobre todo en tiempo de enfermedades graves. Dios nuestro Señor se complace en conceder favores por me– dio de sus Siervos para glorificarlos ante el mundo; y esto porque redunda en gloria del mismo Señor, en gloria del . Rede11tor de las almas y en honra de su Iglesia católica que es la única madre y escuela de santos en la tierra. El tiempo en que se tramitan las Causas de Beatifi– cación de los Siervos de Dios suele ser muy oportuno para solicitar su intercesión. Ellos suelen escoger este tiempo para alcanzar del Señor grandes gracias y mila– gros necesarios para su Beatificación y Canoniza_ción.

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