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-114 - El Enfermero se tranquilizó; no hizo ya más caso de semejantes hurtos, los cuales cesaron pocos días después. El que esto escribe conoció al Hermano Enfermero y residió con él durante dos meses en el Convento de Oyarzun en el año 1906. Conclusión prodigios después de su muerte Además de los prodigios quP. hemos referido en el presente opúsculo y de cuya autenticidad respondernos, pudiéramos mencionar otros no menos notables y au– ténticos, realizados por el Padre Esteban durante su vida. Ornitírnoslos por no traspasar los límites de este folleto que querernos sea breve y económico. Después de la muerte del Padre Esteban hánse ob– tenido grandes favores por su,intercesión. En la ciudad de Sanlúcar de Barrarneda por los años de 1898 un niño paralítico que, acostado en un cocheci– to, solía frecuentar la iglesia de Capuchinos, se curó con solo beber un vaso de agua en la que se habían echado unas moléculas del falangín de uno de los dedos del Siervo de Dios; reliquia que poseía el Padre Pastor de Valencia. Algunos años más tarde en Riohacha aconteció

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