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-113·-- •. , En::una palabra; obs.erváronse durante dos meses pró:X.irnamente cosas inverosímiles y rarísimas. Ya comenzaba a perturbarse la paz de la Comuni– qad ,:Jª-' s~frir, qµeb_ranto la unión y la caridad fraterna ro.n gran perjuieio espiritual de los religiosos. Ante estos sucesos, el Padre Esteban que era muy prudente y serio, estaba suspenso, No quería hablar de intervención satánica . ni .pensar en ella hasta poseer abundantes elementos de jllido. Llamó un día a la Comunidad. Expuso la gravedad d~ to que ocurría, añadiendo que si algún religioso se había atrevido a cometer semejante serie de faltas tan feas, cqn (laño de la caridad fraterna , merecía ser se– para,dq q.e ta Comunidad. Luego·ordenó que todos di– jeran,sus culpas. Dijeron cada cual las suyas ordena– damen_te t~l como se acostumbra en la Orden. Mas nadie,se arnsó de haber . hurtado provisión alguna en ningún tiempo. · · · .-} El Padte Esteban exclamó:. « ¡Ahora acabo de con– vencerme de ,la JnQGencia de todos los religiosos! El demonio ·se .empeña _eQ sembrar cizaña en la Comuni– dad y en agota~ nuestra paciencia... » · ·· 1 Continuaron todavía ·tos famosos hurtos. . El Padre ( . . '. . ·• . . . Esteban exhortq al Enfermero a la paciencia, diciéndole que ta desaparkiótJ de las.viandas era un maligno jue– go del: enemigo de:las almas , a quien se le vence con ' la oración¡y con la paéiencia /_como le venció el santo Job, :.. . .. _ ... ..

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