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-104- 81 día de un fracaso Siendo aun joven el Padre Estanislao de Reus, hubo de predicar uno de los sermones del Novenario de la Divina Pastora en nuestra iglesia de Sanlúcar. El Padre Esteban solía celebrar el Novenario con extraordinaria solemnidad. Asistía entonces lo más gra– nado de la población; los cultos €ran concurridísimos. Allí no faltaban el Sr. Conde de Aldama, ni D. Andrés Limón, ni el sabio Arcipreste D. Francisco Rubio Con– treras, etc. Como acontece con todo predicador joven, el Padre Reus subió a predicar su primer sermón con cierto te– mor mezclado de ilusión. Mas no debió resultar con tanta galanura y elocuen– cia como se había propuesto el predicador; porque del púlpito fué directamente el Padre Reus a esconderse en la celda, presa de gran angustia y desaliento, sin atre– verse a aparecer ante los señores que entraron · en la Casa y pensando en sus adentros: «Para sufrir desilu– siones como ésta, no subo más al púlpito; no valgo para predicador... » Cuando estaba más afligido, he aquí que llaman en la puerta de su celda. El buen Padre Reus, contestó según costumbre de nuestros Conventos, pero experi– mentando gran contrariedad en su espíritu. Sin embar– go, se esforzó por dibujar una sonrisa en el rostro a fin de disimular el estado de su ánimo.

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