BCCCAP00000000000000000000598

78 santuario. Y os daré un t~ago por el culo, maricones. Laaconte, defiéndeme. Samotracia, dame tus alas y tu proa de victoria... Se levanta con mucha dificultad y se viste la túnica renacentista. Siempre tambaleante, se sube al pedestal de la estatua rota. Va adoptando posturas diversas según parlamentos, beodo de.r todo, con la botella en mano. Se encarna con el Cristo. Y tú, estúpido, ¿qué haces ahí? Abogado ele los pobres, defensor idiota, soñador, utópico. Desclava tus manos y ayúdame. ¿Tú, el hijo de Cios? ¡Visionario! Yo soy dios. Venid a adorarme. Yo, emperador, hijo de dioses. Yo, Pericles; yo, Augusto; yo, Hermes de Praxiteles. Y Alejandro, más grande todavía que él. Yo, rey de reyes. ¡Que vengan mis caballos y mis alfiles! (Sopla sobre la botella casi vacía.) ¡Alfiles! (Recorre la sala diagonalmente, muy erguido.) ¡Caballos! (Inicia una minidanza de saltitos de caballo en ajedrez.} Dos, uno, dos, uno... (Relincha. Como visuali– zando las torres.} ¡Mis alcázares, mis rocas, mis castillos! ¡A mí, mis peones! (Simula coger los peones de la cabeza.) Vosotros no tenéis cabern, estúpidos. Yo os moveré... Tengo miedo de morir. ¡Beatrizzz, Beatrizzz! (Imaginando que la tiene delante.) ¡No, no, tú no, Galatea. Tú sí, mi dulce efebo. Bésame! (Imita un beso muy ridículo.) ¡Jaque a la reina. A ti, Beatriz -¿yo misógino?- hetaira, ramera, putuela, zorra! ¡Jaque, jaque, jaque! Que te den por el albañal, mala hembra, mi amor! (Cae al suelo totalmente beo– do. Rezonga desde el pavimemo.) ¡Jaque mate, Beatriz, jaque mate, zorra, zorra, zorra... Comienzan a oírse grandes golpes sobre las paredes de la recámara intermitentemente. Se siente el ronquido porcino del Presidente. Se va a Beatriz que pide al Niño el mazo y el cincel. Está demudada, se acerca con sigilo

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz