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70 ahora y aquí, ¡ahora mismo!, en esta tierra sucia de pecado... (Ecos.} Y si no, que reviente, y se haga añicos al golpe de tu mazo! (Golpea mazo y cincel.} ¡Oh, brisa de mi amor, oh, Leonardo, yo te daré mil hijos. Poséeme, mi amor. Que tus cinceles me penetren el alma, y que me explote el golpe de tu mazo por las venas, se haga grito en mis senos y huracán en mis ingles. Yo te daré mil hijos. Donde quiera que estés, ven a poseerme... (Ecos.} ¡ Leonardooooo, Leonardooooo, Leonardooooo! Pasa a primer plano música de percusión. Jadeo de Beatriz al micrófono. Entra un ritmo alocado de martillos y cinceles. La cometa-co!wnpio sigue su danza... Funde música suave, lírica. Comienzan a verse cometas chicas colgantes de las bambalinas. Sale Beatriz vestida toda de blanco vaporoso. Se mcverá elegantemente, radiante, por entre las cometas. Cae a( final de rodillas ante la puerta de la capilla. FIN DEL SEGUNDO ACTO