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el latido del mazo y los cinceles corno son de tambores que hagan espabilar las estatuas dormidas... Doctora, golpee ese cincel, esa relicuia. Que la raíz del barro se despierte; que las piedras respiren y que el mármol se haga placenta nueva y feto d~ mil vidas. BEATRIZ.- Esta sangre sagrada humedecerá las piedras y nacerán de ellas hijos nuevos. Yo pariré mil hijos de él. ABUELO.- Juremos ante su cadáver ahogar los odios. Juremos la unidad de todos para no dejarnos aplastar de nadie. Juremos luchar para hacer ::lesaparecer las injusticias... BEATRIZ.- Juremos resucitar a Leonardo. HERMANA 1.- Y que la tierra que llegará a cubrirlo no lo haga nunca roca fría. ABUELA.- Que su mazo bajo tierra suene como un huracán. HERMANA 2.- Y que sus cinceles sigan esculpiendo hombres nuevos. NIÑO.- (Abrazando al cuerpo de Leor•ardo.J Padre Leo, papá mío, taita bueno, yo seguiré siendo lo que a ti no te dejaron ser los hombres malos. ABUELO.- Llevemos el cuerpo de Leonardo a las canteras. Si él arrancaba allá bloques paa sus estatuas ... ABUELA.- Paseémoslo por los campos del pueblo; que pase por última vez por las soncbras de nuestras casas; que siga riendo desde la mueca ,;riminal de su muerte; que vuelva a andar nuestros caminos ... Colocan el cadáver de Leonardo en unas angarillas. Encienden antorchas y se organiza el cortejo. Se entona la canción: Resucitó, resucitó... Van saliendo todos poco a poco. Beatriz tiene al Niño abrazado; llora amargamen– te. BEATRIZ.- No llores, mi amor. Le:mardo no ha muerto. Vive todavía. NIÑO.- No quiera engañarme. Ya me he hecho un hombre ahora mismo. Lo han matado. Y han sido los enemigos de 66

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