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gracias te bendijo y lo dio a sus discípulos diciendo: Tornen y beban todos de él, porque este es el cáliz de rni sangre, sangre de la nueva y eterna alianza que será derramada por ustedes y por todos los hombres para el perdón de los pecados. Hagan esto en memoria mía". JORGE.- ¡Hipócrita! ¡Cura comunista! A una orden tumben la puerta y tiren a matar. ¡Fuego, fuego! Posible carga de dinamita en la puerta acompañada de un trueno ensordecedor. Al abrirse la puerta se aprecia a Leonardo apoyado en el altar, ensangrentado. Corren hacia él Beatriz, el Abuelo y el Niño. Juanillo y la Herma– na 1. llanto y gritos de ellos junto al cadáver. BEATRIZ.- ¡Asesinos! ¡Lo han matado! LEONARDO.- (Moribundo./ Hazme, Señor, un instrumento de la paz. Que donde haya odio, ponga yo amor; donde haya ofensa, ponga p e r d ó n, p e r... (Cae./ Sale Beatriz corriendo de la iglesia y se encara con Jorge. JORGE.- ¿Tú aquí? BEATRIZ.- Tú lo has matado, tú, tú. (lo zarandea/ JORGE.- Me dieron esa orden, Beatriz. (Tímidamente./ Era un cura revolucionario. BEATRIZ.- ¡Calla, hijo de puta, maricón! Sí, maricón, mujerzue– la. Que el SIDA carcoma tus testículos, cabrón, efebo, niña estúpida. Y anda, dile al gran marica que Beatriz, su Galatea, se ha vuelto desde ahora la gran fiera salvaje. Yo le masticaré sus huevos, hijo de mala madre. Dile que yo, yo Beatriz, su secretaria, 1Golpea al aire con el mazo y el cincel./ romperé a golpes su cabeza. Vete, díselo, y que venga por mí. La Venus de Milo ya tiene brazos. Vete, hijo de puta. 64

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