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a otra en esa actitud, con el rostro desencajado, lleno de odio}. LEONARDO.- No, Beatriz, así no. Yo no odio. Yo amo. Sola– mente amo. Amo a mi Padre Dios y amo a sus hijos, mis hermanos. A todos. Solamente el amor atropella el pulso de mi vida... BEATRIZ.- No te alteres, mi amor. LEONARDO.- Mis vientos nacen del amor. Si a veces se hacen huracán es porque amo, apasionadamente. Soy hijo del Pobrecillo de Asís, San Francisco. El decía que el amor no era amado. BEATRIZ.- Yo te amo, Leonardo. LEONARDO.- (Casi delirando.} "Hazme, Señor, un instrumento de tu paz. Que donde haya odio, ponga yo amor; donde exista ofensa, coloque yo el perdón; que siembre la unión donde exista la discordia, y que, en el error, ponga la verdad. Hazme un instrumento de tu paz... Quiere incorporarse v cae sobre Beatriz. BEATRIZ.- ¡Abuelo, Luchito, vengan a ayudarme! Leonardo, amor mío, ánimo. Introducen entre los tres a Leonardo en la iglesita. Queda la escena totalmente vacía. Sólo campea el viento. Se va insinu,mdo una música sacra por los altavoces. La cometa sigue su danza. Cierran las puertas... Se oye el golpe acompasado del niazo y el cincel. Se escucha leve la voz de Leonardo a través de los parlantes. Habla con dificulta... LEONARDO.- "En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo! Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo esté con todos ustedes... TODOS.- Y con tu Espíritu... 61