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1! la fuente de información. BEATRIZ.- ¿Quiere decir que me utilizaste? LEONARDO.- Jamás. Te miré siempre corno con ansia y esperanza. BEATRIZ.- ¿De qué, mi amor? LEONARDO.- De ese bloque virginal de piedra o roca o mármol que tú me brindabas. Y de las posibilidades de hacer de ti. .. BEATRIZ.- ¿Sólo corno bloque de piedra o terracota? LEONARDO.- Te miré corno persona, pero esclava; corno muñeca bonita, corno estatua hueca, corno juguete de otros: sin pies, sin ojos, sin manos, sin voz, sin alma. BEATRIZ.- Vámonos de aquí, Leonardo. Tengo posibilidades para sacarte ahora mismo del país. Viviremos juntos lejos de todo esto. LEONARDO.- ¿Y mi taller, y mis gentes? BEATRIZ.- ¿No eres tú también imagen del Padre, ahora estropeada? LEONARDO.- Podrán matarme el cuerpo, pero mi afma vivirá. BEATRIZ.- Mi amor, no permitas que te torturen; que amputen tus manos, que... LEONARDO.- Dilo: ¿Coserán los testículos con alambres de luz eléctrica? Dilo. Eso hacen con fas gentes de mi pueblo. BEATRIZ.- No, mi amor. ¿O quieres pasar a la historia como héroe, como obra estropeada efe arte, como mártir, como estatua de santo? ¡Es tu orgullo, Leo! LEONARDO.- ¡Muy folclórico! San Leonardo, cantero, patrón de escultores. (Ríe.) BEATRIZ.- Hablo en serio. Podrías seguir tu labor de forjador de hombres nuevos, pero fuera del país. LEONARDO.- ¿Y pasarme la vida contemplando tu imagen? BEATRIZ.- Y las otras que tú hicieras. Y fas que nacieran de los dos, golpe a golpe, de mi piedra martilleada. Me iría desnudando toda, Leonardo. Podrías arrancarme con tus manos cuanto encuentres indigno de ti mismo. Podrías 59