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/'I coro apenas perceptible. Es la canción: "Un pueblo que camina por la vida, gritando ven, Señor... ". Aparece el abuelo seguido de la gente. ABUELO.- Es la hora propicia, aunque a las veces la brisa nos encrespe las entrañas. Ahora o nunca, hermanos. Entra Leonardo apoyado en dos hombres, pero con el mazo v el cincel en las manos. LEONARDO.- Gracias. Este es mi taller. Ustedes me hicieron escultor. Su vida y su muerte, sus luchas y sus pobrezas me hicieron... (Se agota.} HERMANA 1.- No se esfuerce, padre Leonardo. LEONARDO.- Aquí, aquí traté de hacer de ustedes unas auténticas imágenes de mi Padre Dios... Juanillo v Beatriz han quedado en penumbra hasta este momento. Se adelantan dentro del ámbito de luz. La gente, rodea a Leonardo como para defender/e. Otros se muestran hostiles. Leonardo se adelanta a Juanillo como desafiante, reprochándole... ¡Juanillo! ¿Por qué? Me prometiste total reserva. JUANILLO.- Perdona, Leonardo. Tuve que decirlo. Está tu vida en juego. LEONARDO.- No se preocupen: son de los nuestros. BEATRIZ.- (Acercándose tímidamente v saludándolo con algún signo no excesivamente significativo.} Sí, de los suyos, obra también... Pero traigan por favor, una cobija. Hay que curar sus heridas. Intenta colocarlo en un ángulo cualquiera, pero no en el centro. Traen la cobija de una casa. LEONARDO.- No; ahí no. Junto a la capilla, junto a la puerta 55