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MINISTRO.- ¿Deleites, cómo ha dicho, es-te-tá-ti-cos? (Simula unas formas femeninas abundosísimas.) NUNCIO.- Usted debiera ser Ministro de Guerra. Dispara siempre al blanco... MINISTRO.- (Acercándose a Venus.) ¡Ay, no sé a qué disparo! (Se acerca a la estatua y besa babosamente elbusto mientras derrama su vaso de whisky sobre los senos. Intenta abrazarla pero el Presidente lo lleva a su asiento, ambos a dos abrazados y borrachos). Ella es prisionera de guerra, rnonsignore, y hay que pasarla por las armas. JORGE.- Aparece con otro hombre en lucha de gladiadores, accionan en escena y cae Jorge a los pies del vencedor, haciendo un conjunto estatuario. Aplausos, etc. NUNCIO.- (Acercándose a Jorge.) El amor no será jamás aplasta– do, divino efebo. (Acaricia su cuetpo con ostensible morbosi– dad.) BEATRIZ.- Sale vestida de Diana Cazadora. Hace su paso por escena muy elegantemente con su carcaj y arco, según la estatua antigua. El Presidente, una vez aparecida Beatriz, se encasqueta unos cuernos de ciervo y comien– za muy grotescamente a dar saltitos entre las plantas de la solana. Beatriz lo ignora y apunta con su flecha a la concurrencia simulando un disparo criminal, vengativo. luego apunta al Presidente y lo "alcanza" con su disparo. Cae el Presidente a los pies de Beatriz. Esta lo "remata" ~ con otra flecha. Su rostro dice todo lo que vibra en su interior: venganza, ira. Se convulsiona el Presidente. Grandes aplausos. Suenan violentísimos los cinceles. Beatriz queda en actitud clásica de estatua. Va incor– porándose el Presidente. Recita muy engoladamente, al tiempo que acaricia a Beatriz según parlamento. 31

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