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MINISTRO.- ¿Va conmigo? Unos consultan sus problemas con la almohada. Yo con el vidrio; con este viejo amigo sabio Mr. Chivas, 25 years old. En él se diluye la auténtica sabiduría. Y en Beatriz, la diosa más diosa de las vírgenes, si es que alguna lo fue. Abraza a Beatriz y pretende besarla, babosear/a. Ella lo aparta con mucho co:nedimiento. Eructa el Ministro... Tú eres más grande que la Pitonisa de Delfos, más que la Diosa Cibeles... Beatriz, que tengas más hijos que una escuela de Fe y Alegría. Que mil hijos te nazcan por cada uno de los poros de tu bello cuerpo; que ojalá fuera mío. ¡Muá, muá, muá! Sola tú sabes de mis preocupaciones. PRESIDENTE.- ¿Preocupaciones? MINISTRO.- (Borracho del todo.) Sí, Sr. Presidente. Un plan subversivo a nivel nacional con ayuda del exterior. Beatriz, mi amor, tráigame un café bien cargado. BEATRIZ.- Sí, señor Ministro. Lo he mandado preparar hace rato. PRESIDENTE.- No inquiete a mis invitados, Sr. Ministro. NUNCIO.- Con todos los respetos_. Sr. Presidente, pero infór– rnenos si no existe secreto de seguridad nacional. EMBAJADOR.- Pequeñas escaramuzas seguramente. (Sirven el café al Ministro.) PRESIDENTE.- Que se los comunique el mismo Sr. Ministro. Le ayudará a tomar conciencia más cabal. MINISTRO.- (Todavía mareado.) Quisiera no tenerla y pensar que es todo producto del trago. Se anuncia un paro de transporte y huelga de educadores. El ruido de las ollas de las amas de casa me suena ya en los mismísimos ... (Eructa.) La guerrilla se muestra estos días más activa. Han volado tres puentes en la parte oriental del país. EMBAJADOR.- Mano duro, Sr. Ministro, mano duro. Repre– sión. Como ve, mis contactos no mienten. Y hay apoyo de la guerrilla extranjera. Sigo creyendo en la lista que 24