BCCCAP00000000000000000000598
16 sobre el hombro izquierdo de Beatriz. Esta sigue casi como estatua. Así, con movimientos automáticas, simula el arco y el venab/c de la estatua de Diana Cazadora. Queda en pose de la estatua, quieta, inmóvil. ¡Oh, mi Diana Cazadora! Y yo tu venado enamorado. El Presidente adopta la postura de un venado herido durante brevísimos instantes. Luego se acerca a Beatriz como animal herido. Queda a sus pies. La va acariciando el cuerpo. Mueve sus a_•ticu/aciones a su antojo. La _deja en una postura determinada y se sirve un whisky. Se sienta... Esta es mi idea genial: vivificar las viejas estatuas clási– cas, darles movimiento... Gira, mi Diana. (Lo hace.) Así, muy bien. Estatuas vivas, traídas y llevadas a mi antojo... Estatuas bellas, bellísiméfs, sin brazos, sin torso a veces, sin pies, quietas, sumisas, sin grito, sin voz, sin pálpito y, al mismo tiempo, vivas para mi genialidad. Beatriz, automáticamente, irá adoptando las diver– sas posturas que el ::>residente insinúa en su parlamento. Que me adoren, que se p-ongan a mis pies. ¿Cómo fueron en vida realmente? No n.J nacieron así, en piedra o mármol o bronce. Vivieron un tiempo. Corno ahora tú, mi Diana Cazadora. Así, así, señora del bosque, reina de la jungla, gacela cazadora, pcsión de amor en el boscaje, trepidante bajo el fauno... ¡Así, así! Que vivan nuevamen– te. Repristinarlas, darles vida, forma y espacio. Y que besen... ¡Oh, el beso de Venus ahora! Y sentir de nuevo el latido de sus pechos... Y la tersura de su piel. .. El Presidente /:a estado durante todo el parlamento bebiendo abundanteme.'lte, sirviéndose en vaso y, al final, de la misma botella
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz