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- 68 - En cuanto a mí, puedo asegurar que sin masajes ni opera– ciones he aliviado a infinidad de señoras. Muchísimas me llegaron a decir también que ya no podían esperar familia, porque\su último parto había sido t~rrible y espantoso y, se– gún afirmaban los doctores, el primer embarazo que tuvieran sería causa segura e inevitable de su muerte. En tales casos, mis prescripciones han sido siempre tan sencillas como efi– caces. Recomendando el exacto cumplimiento de ciertos de– beres sagrados, la frotación de agua fría todos los días al levantarse (exceptuando los días de menstruación) y un pa~ seo a pié, al aire libre y to-dos, los días, durante una o dos horas, aún en tiempo de embarazo, no creo haber perjudica– do a nadie y he recibido innumerables felicitaciones y accio– nes de gracias de muchísimas señ.oras. PLANTAS MEDICINALES. Al tocar este punto, no trato de hacer un estudio com– pleto de todas las plantas medicinales que hoy día conocemos; porque aun cuando el asunto no carecería de interés, me ha– 'ría traspasar los límites que he señ.alado a este libro. Me conc1 eto, pues, a señalar algunas que por su eficacia y por la facilidad con que podemos encontrarlas en los campos, en las boticas y tiendas de herbarios, nunca debieran faltar en casa. Estas plantas se recogen poco antes deque lleguen a florecer y se secan en sitio limpio y libre de humedad, pero nó al sol. Cuando ya están secas, se guardan en alguna caja o armario en que no l'eciban polvo ni suciedad. COLA DE CABALLO-LIMPIA·PLATA.-EQUISETUM ARVENSE • Doy el primer lugar a esta planta porque, sin duda ar guna, es la más eficaz de todas y la que tiene más valor.
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