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- 38 - ENVOLTURAS Ordinariamente, damos alas envolturas el nombre de em– paqu,etaduras, porque parece expresar mejor la forma de pa– quete en que debe quedar el cuerpo al ser abrigado en la cama. No hay para qué decir que, en estas aplicaciones, una im– prudencia cualquiera puede traer lamentables resultados; por eso, es necesario fijarse bien en las reglas que vamos a indicar. Recuerdo que en cierta ocasión se me quejó amargamente uno de mis enfermos diciéndome que, sin duda ninguna, ha– bía yo tenido intención de matarlo al recomendarle una en– voltura complet¡i. Y fué el caso que aquel bendito hombre, sin tomarse la precaución de averiguar cómo se hacía la tal envoltura, se la aplicó al cuerpo y se sentó muy tranquilo en una silla durante largo rato; con lo cual, le sobrevino un resfriado tal, que pudo producirle la muerte. Para eludir, pues, responsabilidades y cargos de concien– cia, pongo singular empefio en detallar muy por menudo to– do lo concerniente a la parte práctica de los bafíos, aconse– jando a cuantos lean estas páginas, se fijen en todos los por– menores porque todos son importantes. Antes de aplicar lo envoltura, es necesario que el cuerpo esté caliente. Por tanto, si no se puede hacer ningún ejerci– cio físico, será muy conveniente meterse en cama durante un cuarto de hora o más. El paño que se emplea, debe ser,usado o poroso y bastan– te flexible para que pueda ajustarse bien a. toaas las partes del cuerpo. Cuanto JJ?-ás fría sea el agua en que se moja el paño, tanto más eficaz será la envoltura; pero después que

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