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-20 - -Los ocho primeros días, se puede proceder de la siguiente manera: se desviste a la criatura, dejándola en la cama sin la ropa acostumbrada, pero envuelta en una sábana y cubierta con la sábana y frazadas de la cama. Después de unos diez minutos, se le saca y se le envuelve, por espacio de unos diez segundos o medio minuto, en otra sábana mojada en agua fría y extendida sobre una almohada. En seguida y sin demora, quitada la envoltura mojada, se vuelve ·a poner la criatura en la cama, cubriéndola con el mismo abrigo de antes y colocando sobre la cabecita algún paño seco y ligero de algodón. Al poco rato, se dormirá por efecto de este baño que puede aplicarse dos veces por día, es decir, al levantar– se y al acostarse. Después de los ocho días, se le puede hacer ya frotación entera por la mañaNa, siguiendo las reglas del sistema y mojando también un poco la cabeza. Hecha la frotación, se pone otra vez el niño en la cama, cubriéndole la cabeza conio hemos dicho antes con un paño de algodón. En la noche, al acostarlo, se le puede repetir la misma frotación pero sin tocar la cabeza y con menos agua. Desde el cuarto mes de edad, se puede substituir la frota– ción de la mañana por un baño rápido de inmersión comple– ta; pero por la noche, es preferible la frotación susodicha. Así es como el bafío frío protege a los niños y los defiende de toda clase de resfriados y enfermedades.

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