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- 14 - movimiento, fué llevado a Europa para consultar a los me– jores medicos alópatas, sin resultado apreciable. Lo sometí al tratamiento del agua y en tres meses quedó enteramente sano. 4.o Hacía varios años que un jóven de S. sufría un malig– no eczema en la cara, a causa de lo cual se veía imposibita– do para presentarse en público. Hizo varios viajes a Europa y no mejoró. En cambio el tratamiento hidroterápico le libró de su mal. 5. 0 Una señora de V., llegó a Riobueno casi desesperada por agudísimos dolores neurálgicos de la cara, que durante varios afíos la traían atormentada. A los pocos días de tra• tamiento, decidió abandonarlo y marcharse a su casa, por– parecerle que estaba perdiendo el tiempo inútilmente. Con– seguí que siguiera algo más nu€stro tratamiento, con lo que alcanzó perfecta salud. 6. 0 Se me presentó un joven francés gravemente enfermo del hígado, según todos los médicos que él consultó, por más que no se veía ni notaba señal alguna de tal enfermeda.d. Contra todo mifgusto y opinión, le hice seguir durante quin– ce días el tratamiento propio de las enfermedades del híga– do; pero, al fin, me resolví a cambiar por completo las apli– caciones, con tal resultado que, a las pocas semanas, se levantó una enorme hinchazón en la región del hígado y cesaron por completo los dolóres. Algo más tarde, la hincha· zón estaba ya madura y debía abrirse. Como mi carácter sacerdotal me prohibe las operaciones quirúrgicas y temien– do que, tal vez, fuera necesario operar, obligué al enfermo a tomar el vapor pára V., aconsejándole que, sin detenerse

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