BCCCAP00000000000000000000595

- 10 - tratamiento del agua y todas las prescripciones de Mons. Kneipp en lo referente a comidas y bebidas. Y desde aquel día, un sencillo cocinero militar fué el que se encargó de la comida del Archiduque y de toda su corte. No quiero terminar esta materia sin indicár la importan· cia de una evacuación metódica y diaria de los intestinos, para lo cual ayudará mucho el tomar una o dos copas de agua pura por la mafiana al levantarse o por lo menos un rato antes del desayuno; y también por la noche al acos– tarse. Es como un bailo muy saludable para purificar el es– .tómago y los rifiones. EL AGUA He aquí lo que constituye la base y fundamento de todo . nuestro sistema. El agu& es nuestro más poderoso auxiliar; pues, por medio de ella, regularizamos el curso de la san– gre. expulsamos los gérmenes nocivos y comunicamos a todo nuestro organismo fortaleza, actividad y nueva vida. ¡Loado sea mil y mil veces Dios Nuestro Sefior que en tan· sencillo elemento nos ha regalado un tan rico tesoro! lVIucho se ha progresado en estos últimos tiempos en el estudio del sistema hidroterápico y h¡;¡, sido muy grande el entusiasmo que ha producido en las más doctas naciones del mundo; pero, por desgracia, hay médicos que miran toda– vía con desprecio y desdén este eficaz tratamiento. Algunos conceden cierta eficacia al agua, pero sólo para unas pocas enfermedades nerviosas y otras de escasa impor– tancia. Sin embargo, todos los que por enfermedad o por curiosidad visitaron en Worishoffen .a Mons. Kneipp, pudie– ron muy bien convencerse de que todas las enfermedades curables y muchísimas otras declaradas incurables, fueron admirablemente curadas por el gran apóstol de la hidrote– rapia. Para confirmar esta verdad, creo muy oportuno refe– rir un episodio de mi propia historia, que si alguna confu– sión me cuesta, paso por ella en razón del bien que para otros puede resultar.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz