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-7- ALIMENTACIO:N" DE LOS NIÑOS En mi juventud, veía con frecuencia que a niños de pocos dias se daba una sopa espesa de leche con ,harina. Hervida la leche, se echa en ella harina. cruda y se hace también hervir durante algunos momentos; y afladiendo un poco de azucar, se obtiene un alimento muy agradable para los ni– ños. Esta sopa se les daba tres veces al día, además de la leche materna. No faltan personas que, miraIJ.do con horror la alimenta– ción de harina con leche, recomiendan ésta mezclada con agua. Los que así proceden, alegan en su defensa el peligro de que los niños queden estíticos; pero olvidan sin duda que es cosa muy distinta el corromper un alimento y regular las funciones del organismo. Para conjurar ese peligro, pode– mos indicar .el siguiente senci.llísimo consejo: se da al niño leche pura, que es el. mejor alimento; y dos horas después, se le puede dar, como bebida; agua fría mezclada con un poco de azúcar; y esto, le agradará y no le perjudicará. La . harina, mezclada con leche, tiene mucha importancia en la formación de huesos y carne sólida. Podría citar innumerables ejemplos de familias conocidas que han tenido entre sus niños, muchos de aspecto flaco y raquítico: pero en cambio, lüs últimos, que fueron sometidos al sistema hidroterápico y alimentados del modo dicho, des– de los primeros días de su existencia, han alcanzado tal de– sarrollo, que no parecen descendientes de la misma familia. Por tanto, una madre prudente procurará dar a su peque– ñuelo, ya desde el primer mes, una sopita ligera de leche con harina. Tocante a la cantidad de ésta, diremos que varía según la rob.ustez de la madre y la posibilidad que tenga de proporcionar más o meo.os alimento. Durante los seis primeros .meses, no recomiendo para. el niño otra alimentación que la leche materna y !a sopa indicada; sin embargo, desde el cuarto mes, se le podría dar, especialmente en caso de grande estitiquez, jugo de manza,

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