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-6- puede esperar la humanidad si la que está destinada a for - mar nuevos retoños así se martiriza y estrangula? ¡Cuánto mejor sería hacer una especie de corsé natural endureciendo y fortificando los músculos! En lo referente a los zapatos, vemos que en estos últimos tiempos han llegado a tal extremo la moda y el capricho, que ya no podemos decir solamente que son antihigiénicos y antiestéticos, sino también absurdos y ridículos. Además de que deforman el pie y en el momento menos pensado pueden producir un accidente desgraciado ¡cuánto no dificul– tan la circulación de la sangre y cuántos trastornos no pro– ducen en el organismo! ¡Cuán agraciadas y hermosas son las antiguas estatuas griegas y romanas! ¡Qué majestad y qué dignidad comuni - can aquella túnica y aquellas sencillas sandalias! ¿No son acaso esas prendas las que mejor se adaptan a las exigencias de la belleza y de la higiene? SUEÑO Siete horas de sueño son suficientes para el descanso. Lo que pasa de eso es, ordinariamente, perjudicial a la salud. El sueño es el gran reparador; pero no todas las horas son igualmente provechosas. Creo que el tiempo mejor para el sueño es de nueve a doce de la noche; por lo que se com– prenderá qué pienso de aquellas personas que emplean pre– cisamente esas horas para sus diversiones. En cuanto a la cama, deberá estar siempre bien aireada y con poco abrigo. Los colchones de lana o de pluma no pue– den competir con un simple colchón de crin sobre cama dura. La única ropa que debemos usar durante la noche, es una camisa larga y ancha de hilo, o algodón, que se cam– biará siempre por la de día al levantarse por la mañana. Nadie debe acostarse con la misma ropa que usa durante el día, y las madres pondrán en esto especial cuidado cuando lleven· a la cama a sus niños.

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