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,- 163 - 1 usado el varioloso, pues es cosa bien probada que si esa ropa no se lava y desinfecta, conserva los gérmenes de la enfermedad y es causa de infección aún después de .vários meses. Tratamiento.-A los enfermos de viruela hay qué soco– rrerlos inmediatamente. El germen de este mal penetra por los poros; y una vez introducido en nuestro organismo, se aumenta y propaga de modo rápido y espantoso. Por eso, es de suma importancia destruir esos gérmenes e impedir que perforen la epidermis y la dermis, puesto que de ese ataque depende la mayor o menor benignidad de esta enfermedad. Cuando se notan los primeros síntomas de malestar que precedt:ln a la viruela, inmediatamente se procurará .hacer brotar las substancias venenosas que se hayan acumullado en el cuerpo, por medio de frecuentes empaquetaduras y frotaciones; con lo cual, la infección resu~tará seguramente un ataque muy benigno ( « Wasserblatter» ). Es lo que he no– tado también en todos aquellos casos en que las personail atacadas tenían la costumbre de hacer diariamente la frota– ción de agua fr,ía. Si al principio se ha descuidado, desconocido u ocultado la enfermedad, es preciso aplicar el tratamiento del modo más rápido y enérgico posible. La aparición de las pústulas c.ausa siempre cierto terror; pero esas mismas. sefiales exteriores indican que la enferme- ' dad no hará grandes estragos en el interior del cuerpo ni pondrá en peligro la vida.-¿Cuántas empaquetaduras y from taciones serán necesarias?-No se puede sefialar con exacti– tud el número de estas aplicaciones, porque eso depende de condicienes individuales, Me consta que algunos enfermos, al verEie atacados de viruela, se encerraron en su habitación e hicieron cada hora, d3 día y de noche, frotaciones de agua fría durante dos días; y sólo con eso, sin tomar alimentos ni medicinas, lograron sanar en esos dos días. Cuando ya los gérmenes de la enfermedad han invadido el organismo y ha comenzado la incubación, lo más acertado

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