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- 157 - los primeros días de su existencia. Como consecuencia natu– ral, han de experimentar también fiebre no interrumpida que, más o _menos, llega a pertubar las facui tades mentales. Ese es– tado anormal y patológico puede depender de algún defecto orgánico del corazón; pero puedo asegurar que ordinaria mente es triste herencia,de padres sifilíticos. Examinando a los hipocondríacos y a las histéricas, casi siempre encontra– remos enfermos el corazón, el bazo, el hígado y los riñones. Es necesario prestar atención a todos estos órganos y por lo tanto es imposible señalar trataroie11to sin ver al enfermo. NEURASTENIA.-DISPEPSIA.-INSOMNIO Una de las expresiones que más repiten los enfermos es ésta: «Soy muy nervioso»; y a continuación sueltan las me - jores explicaderas sobre lo que ellos :;reen ser causa y mo- tivo de su nerviosidad. ' Muchas y rriuy diversas pueden ser esas causas; pero la más clara y constante experiencia demuestra que la inmen– sa mayoría de personas nerviosas sufren tales y tantas per, turbaciones por cierta predisposición hereditaria, y casi siempre sifilítica, que pueden transmitir los padres y tam– bién los abuelos. El médico alópata dirá que a estos enfermos no les con– viene el agua fría; pero el hidrópata puede asegurar con to– da certeza que el agua fría es el único remedio para los ner– vios. Hay que advertir que esos nervios son muy delicados y exigen por tanto un tratamiento muy suave y especial; por lo cual es necesario tener en c1ie:1ta la resistencia e im– presionabilidad de estos enfermes. Así es que sólo puedo de– cir que el andar en el rocío por la mañana (nunca más de un minuto), los baií,os de pie8 (también cortos, como de me dio minuto), el paquete dorsal y la fro+,ación diaria al lev 1 an tarse, son muy buenos regeneradores de todo el sistema ner vioso. También ríos habla la ciencia médica de otra alteración nerviosa estomaca.l a la que da el nombre de DISP1<JPSIA, Los

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