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-4- hacer todos los días algún ejercicio al aire libre, teniendo por bien empleada alguna hora de paseo por el campo con ascensiones a las más altas montañas. Así se purifica nues tra sangre, se comunica ·vigor y agilidad a toda la muscula tura y se evitan muchas enfermedades modernas que no re– conocen otra causa que la falta de aire puro y ejercicio mo– derado. SOL El astro dei día es otra de las fuentes de salud; y catla vez que aparece en el oriente, se alegra y regocija toda la naturaleza creada. Los pueblos de la antigüedad, especialmente los griegos, conocían perfectamente y apreciaban sobre manera la in• fluencia bienhechora que el sol ejerce en todo nuestro orga– nismo; pero los .pueblos modernos, con toda su civilización y con todos sus adelantos, han perdido esos y otros conoci– mientos preciosos que sólo Dios sabe cuánd·o volveremos a recobrar. Si hoy día vemos tantos rostros pálidos y tantas naturale zas débiles y enfermizas, es porque no se aprovechan bien el aire puro y los rayos benéficos del sol. Por fortuna, algu– nas naciones de Europa y América del Norte se van dando cuenta de esto y comienzan a reaccionar, aunque con mucha lentitud. Muy convenientes son, sin duda, aun los baños de sol, cui– dando de que éste dé con cierta regularidad por todo el cuer– po; y cubriendo, si es necesario, la cabeza, con algún som– brero de paja o con algún pañuelo o lienzo blanco y ligero. Es necesario que nuestras habitaciones estén bien orien– tadas, sin alfombras, ni cortinas, ni muebles inútiles, pero con ventanas grandes, por donde puedan entrar, a raudales, el aire y el sol, purificándolo todo y comunicando a todo vida, calor y alegría.

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