BCCCAP00000000000000000000595
- 138 - remedio y el que mejor reemplazará al agua fría y a cual– quiera otra bebida refrescante. Si al cuarto o quinto día de enfermedad manifiesta el pa– ciente mucha repugnancia por la comida, se puede añadir un poco de ajenjo al té que he indicado. Tratándose de niños menores de cuatro años, basta daries los primeros días leche con sémola, arroz o avena. Se les da también el mismo té, pero en pequeñas cantidades, por ejem– plo, cada media hora una cucharadita. Cuando se ve que el enfermo está ya parn convalecer, es sumamente provechoso hacerle toma!' con frecuencia una bebida de avena que se prepara de la siguiente manera: pri– meramente se lava bien la avena en 1i:?;t1a fría y luego se pone a hervir, en proporción de cuatro puñados de .aYena por un litro de agua durante una hora,· al fiu de la cual se cuela y se mezcla con azúcar o miel y se vuelve a.hervir otra vez durante un minuto. Se deja enfriar y queda, hecha la be· bida fortificante, de la que podrá tomar el enfermo media taza tres veces al día. El falso tratamiento de la fiebre tifoidea trae muchas veces como consecuencia, cierto entorpecimiento en laa funciones del cerebro que con frecuencia se denomina «tifus del cere bro», por más que en todos los casos se cota debilitamiento en esas funciones. Pero si el enfermo de. tifus abdorµinal re cibe bebidas frescas y sobre wdo bebidas alcohólica¡;¡, es muy probable que tenga que sufrir delirio o llll sueño al parecer mortal. Para colmo de desdichas, algunos emplean «impuestos de hielo»; con los cuales, naturalmente, el sueño resulta muchas veces muerte real y yerdadera. Sin embargo, aun cuando se haya cometido la imprudencia de tomar bebidas refrescantes, todavía, por lo menos los primeros días, se podrá comba– tir eficazmente la enfermedad con el régimen que· dejo se– ñalado. A la cabeza, no hay que hacer nunca aplicaciones de 11gua fría y mucho meno~ de hielo; pero 110 hay inconvenien-
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz