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natutáleza humana y todo su esfuerzo se reduce a estudiar los orígenés, procesos y leyes de las enfermedades para po– det cQoperar a la curación. En el éaso de la enferma qufl acabo de citar, se pretendió curar con algunos medicamen– tos una enfermedad que ya la misma naturaleza se había encargado de hacer brotar al exterior; peto como no se le dejó obrar con libertad, habrían podido sobrevenir desas– trosas consecuencias. Precaucione.~.-La sarna es una enfermedad sumamente contagiosa; y no sólo por contacto directo del enfermo, sino también por los objetos o prendas que haya podido usar. Por eso, sería muy conveniente que los padres de familia hicieran exafuinar por un facultativo a todos los <:!t'iados que entran al servicio de la casa y a las demás personas que han de tratar con los nifios. Ti·atamiento.-Para hacer trotar esta enfermedad, lo mejor es iltia f1·otaciórt seguida de baño de vapor y lavar después las partes enfermas con jabón de hiel. El mismo día, por la tarde, se pueden hacer lae seis frotaciones y entr€gar luegó las pai'tes atacadas con un amasijo de ráÍz de romaza mas chacada y crema de leche. Esta composición debe prepa:rarse unas clihco horas antes del uso. Así se procede también los tres, cuatro o cinco días si– guientes, camhiando después y lavando bien en agua hit– viendó la ropa interior y la de la cama, · Elti lugar de Iá romaza, se puede emplear también el bdl– samo del Perú; pero tiene el inconveniente de ser más Cáro y a veces menos eficaz que la romaza, por las falsificaciones que se hacen. Además, la· aplicación de ese bálsamo sobre pústulas abiertas es muy rlolorosa, particularmente de nó. che. Por lo cual, sería mejor aplicar el J->álsamo durante el día; y al acostarse, la composición de romaza con crema de leche, no usando para esto la nata de leche cocida. SIFILIS Si todos lós vicios y placeres desordenndos producen efec-
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