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- 123 - el enfermo, al terminar lá lucha contra la enfermedad pri– mitiva, se encuentra atacado poi' otra más grave. Bintomas y Tratamiento. - En primer lugar, se nota de te, pente un maiestar general con. fuerte y prolongado escalo– frío, al que Eigue fiebre alta o presión dolorosa al costado; acompañada de tos, que es seca el primer día; pero al segun– do, sigue con esputbs sanguíneos. Tanto en el primer período como en el segundo, el enfer– mo sufre sed insaciable y desea apagarla con cualquiera be– bida, fría. ¡De3graciado de él si consigue tenerla a su alcance! La causa de la agitación del enfermo es el retroceso de la sangre :le las extremidades y su agolpamiento en los órga– nos centrales, principalmente en el pulmón. Pbr ese motivo, las extremidades se en!'1 ían; y en cambio, en el tórax, se nota. gran calor febril. En este estado, una frotación entera de agua fría, extiende la 1sangre por todas las partes del cuerpo y quita al.mal su fuerza primordial. Es claro que después se debe seguir con más frotacíones enteras hasta repetirlas, en el mismo día, seis y aún ocho veces, con int~rvalos de una hora por lo menos. Más eficaz sería todavfa, nl principio de la enfermedad) urut empaq.uetadm·a de los piex hasta las rodilla.~ o hasta la cintura; pero--y nótese bien-esta aplicación no se debe ha, cer cuando los pies están fríos. En este último caso, podrán calentarse pc:r medio de fricciones secas y fuettes con paños gt·uesos, por· ejemplo, con tela de saco o lona. Así se procede los tres primeros diás. Al segundo día de la curación, generalmente aumentan los esputos .sanguíneos y cesan casi siempte el mismo día. Al tercer cía, el enfermo estarit ruei'a de peligro, aunque entonces se Lota más el peso de una enfermedad grave, por la gran debilidad y decaimienUl. · Los días siguientes, bastan ya 8 frotaciones por día: una . ' a las 10 · de la mañana; otra. a las 2 de la tarde y otrá a las 6 P. lVI.
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