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- 115 -- cataplasmas de aceite de linaza o de almendms, o cataplas– mas de. limpia-plo,ta cocida, o bien se pueden cubrir asas partes con harinti de arroz. La comida será en g·eneral de sólo farináceas y verduras cocidas; y la única bebida, un té de limpia-plata, hinojo y menta, con o sin nzucar. Se podrá.también tomar agua fría 1 pero únicamente por la mañana y en pequeñas cantidades. INFLUrnNZA O GRIPE. La influenza o gripe es una enfermedad infecciosa 1 cau– sada probablemente por miasmas esparcidos en el aire y <l}Ue una vez introducidos en nuestro organismo, se propagan con rapidez asombrosa. Los signos precursores de esta enfermedad son gei1eral– mente los escalofríos, cierto malestar de todo el cuerpo, de– bilitamiento de fuerzas y dolores vagos en las articulaciones. A estos aintomas sigue pronto fiebre más o menos intensa, excitación nerviosa, trastornos catarrales, fuertes dolores de cal;>eza · y quebranto general. Aunque ordinariamente esta enfermedad es de naturale;,:.a penigna, a veces puede .traer · graves complicaciones. Precauciones.-Para verse libre de est[l, epid~mia, hay que observar estrictamente las reglas generales de higiene do· méstica y acostumbrarse llJ baños frecuentes de agua fría. Tratamiento. ·-cEl único tratamiento que, aplicado con cier· to cuidado, nos libra de otras complicaciones como la pul– monía fulminante que casi siempre es consecuencia del tra– tamiento alopático, consiste en hacer transpirar al enfermo por medio de frecuentes frotaciones de agua fría, pero prac– ticadas con la mayor rapidez posible. Mons. Kneipp señala diez segundos como el tiempo más prudente para una frota• ción. Es difícil decir cuántas frotaciones serán ne.cesarias. N un– ca serán menos de seis y habrh, casos en que convenga hacer hasta ocho y nueve frotacio,nes seguidas, con el intervalo de una hora para cada una. En cuanto sobrevenga un copioso