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observará la misma conducta que debe observarse en todas las enfermedades infecciosas de esta naturaleza, es decir, se evitará en lo posible todo contacto, se tomará algún bafio de agua fría todos los días, como frotación o pitón, y se adoptaran las demás medidas que dicta la prudencia. Las sefioras y nifias en tiempo de menstruación deberán abste– nerse en absoluto de todo baño frío. Tratamiento.-La curación tiene que ser bastante enérgica y en todo conforme a las prescripciones indicadas; pero qui– siera llamar la atención del lector a una circunstancia par-. ticular: y es que durante las horas de la mafiana, el enfer, mo apenas siente fiebre; mientras que por la tarde y por la noche, suhe ésta a grado muy alto. Esta singularidad suele tener para el enfermo herpético sus consecuencias fatales; pues creyéndose sano, puede levantarse por la mafíana, y es– ta imprudencia. resulta sumamente peligrosa, porque el virus herpético no sale al exterior sino que brota sólo interior– mente, y sus estragos son de tal naturaleza, que hasta pue, den causar la muerte. «A las 8 de la mafiana, se hace al enfermo una empaque– tadura desde los pies hasta las rodillas, durante una hora. · «A las 11 A. M., otra empaquetadura media, desde el pe– cho hasta las rodillas. «A las 3 P. M., se le pone una camisa remojada en coci– miento de flores de heno, cola de caballo y linaza; y a falta de algunas de estas plantas, se hace el cocimiento con cualquie– ra de las tres que se tenga a mano. Esta camisa ha de po– nerse bien mojada y con la mayor rapidez posible. Se tendrá puesta durante hora y media y aún durante dos horas; des– pués, se lava en agua hirviendo y se pone a secar al aire libre. El enfermo quedará luego, por espacio de una hora ' cubierto con la ropa de cama y sólo después se le pondrá la" camisa de dormir. Si por la noche o por la tarde aumenta mucho la fiebre, se le pueden empaquetar los pies hasta las rodillas; y ade– más, sobre la parte cubiena de pústulas, se pueden poner