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- 90 - al cáncer: evitando todo lo que hiere o irrita esos órganos, se evitará también la terrible enfermedad. Trafomiento. - Podemos distinguir dos clases de cáncer: el emtM·ior o visible y el de los órganos internos. El primero es siempre curable, aunque n0 con tratamiento local o parcial sino general. El cáncer se extiende siempre por todos los va– sos sanguíneos y ese tratamientc general restablece la cra,-is o composición de la sangre. Las aplicaciones locales son úti · l~s solamente para que el mal no carcoma los tejidos veci• nos. Una persona robusta que pac.ezca esta enfermedad, hará todos los días, por la mañana, tina empaquetadura o envol– tura, pero distinta cada día: el primer día, paquete de la cint,'1,ra a los pies; segundo día, medio paquete; el tercer día, paquete entero; el cuarto día, otra vez paquete de la cintura a los pies, y as.í sucesivamente. También, en vez de paquete entero, se puede tomar una o dos veces por semana baño de vapor. Los enfermos débiles, harán la empaquetura un día sí y otro nó, pero en el mismo orden indicado. Para las aplicaciones locales, se emplean en primer lugar la limpia-plata y el fenogreco cocidos, aprovechándose todo, v~,por, agua y planta. El vapor será solamente local; después se deja correr el agua por la herida; y finalmente, se ponen en forma de cataplasma las plantas que han servido para el cocimiento. Como remedios secundarios se puedén recomendar la cor– teza de encina, las hojas de salvÍl'- y la raíz de tormentila, que sirven para el vapor y las irrigaciones pero nó para las ca– taplamas como la limpia,vlata y el fenogreco. También es conveniente un riego de agua fría a la parte enferma, antes del vapor; pero ::ise riego se hará siempre desde más arriba de la coyuntu'.:'a próxima superior.
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