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-99- das que se les había prepar:ado. Cuando llegó el Santo y vió la mesa así preparada, salióse a la calle y _toman– do un bastón y capuchón de un pobre que por allí pasa– ba, vistiósele, y, así vestido, se pr.es.entó a la puerta del refectorfo, diciendo: "Haced una Hmosnita por amor de Dios a este transeúnte pobre y enf.ermo." No le habían, conocido los reHg,iosos, por lo cual le J.iesipondieron: "En:tra aquí, buen hombre, por amor de aquel a quien invooaste." Penetró wl instante y se descubrió .ante los comensalies, los cuales quedaron llenos de estupor al ver quién ern. Dióll,e cada uno su limosna, luego, sentándose en e,l suelo, dijo: "Ahora me siento como verdadero fraile menor." Y diriigi.éndose a los reliig,iosos, añadió: "Más nos deben mover a nosotros fos ejemplos de la pobrez 1 a del Hijo de Dios, que a las demás personas de\noita:3. Vi . la mesa biien adornaida y reconocí no ser ella de ·pobre– cilios que mendigan de puerta en puerfa." Otra:s cosas más les dijo, exhortándoles a 'la imitación de la Santísima Virgen, que el día del nacirni1ento de s!I Hijo aipenas tuvo qué comer, y nri s1rqui.era pudo afüer– g,ar a su divino Niño sino en un esfablo. Conc,luyó su. exhortación diciendo qúe el mejor modo de cefobrar las festividades es la poibreza, huyendo de las cosas vanas y superflúas ·( 1) . 94. Elogio que el Santo hacía de la pobreza. Cólo:c,ado el bienaventurado Padre-dice Celano-en este valle de ,lá:grima:s, juzgaba las mayores riquezas de la tierra como despreioia,bJ.e basura, y ambidonanrdo más el excelso honor, se abrazó de corazón a la santa po– breza. Considerando que ella fué tan aceptable al füjo de:! Hombr.e, y vi;ye, en cambio, como desterrada en la · tierra, quiso con entrañable amor desposarse con: ella. Prendado de su hermosura, a fin de estr:eoharse más con su esposa, no sólo abanrd0rnó a su padre y a su (1) Celano: Vida Segunda, cap, II, núm. 61.-Cho.lipe: Vid,a de San F,-ancisco, lib. IV, cap. XXVIII.

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