BCCCAP00000000000000000000594

-62-- peúsar en Diós y hacer 0ra:éión. Si una alma 110 sabe estar en reposo en la celda del cuerpo, de nada le ser-– v:irán todas tlas celdas exteriores. Portaos con los segla– res de tal modo, que cualquiera que os viere u oyere se siernta a devoción y arlabe a,I Padre Celestial, a quien le. es debida toda g1loria. Anunciad a todos la paz, pero tenedla en el corazón así como en la boca. No deis a ninguno motivo de enojo, ni de escándafo; procurad, por el contrario, persuadir a todos con agrado y benig-· nidad a: la concordia y a la unión. Nosotros somos lla– mados a consolar a los afügi'dos y a conducir al camil,10 de la virtud a los que andan extraviados; muchos que os parecerán miembros del diablo ailgún día serán discí– pufos de Jesucristo." ¿ Quién no ve en esta exhortación a un ,consumado asoeta y a un gran maestro de espí– ritu? ¡Qué consejos tan prudentes! ¡Qué enseeñanzas tan sabias! ¡Cuán cierto es que aI que no sabe vivir dentro de sí mirsmo, 1lre es inútil la celda exterior! Meditemos con frecuencia los consejos del seráfico Padre y como• perfumadas flores aspiremos su aroma ( 1). 51. San Francisco abrasado ele· celo por la salva– ción de las a'lmas. En el reparto que San Francisico hizo de Europa, para que en ella predicasen sus hijos, él se reservó para .sí parte de Francia, y especiailmente París, para anunciar el reino de Dios. Al igual que sus hijos, se dirigió a eva,ngelizar la parte que .. se había e:Iegido. Al llegar a Plorencia, quiso visitar al cardenal Hugo11ino, que a la sazón se encontraba allí y a quien comunicó sus .pro - yectos de ,evangelizar al mundo. El cardenal le a,con– sejó que se qnedase en Itailia, porque su naciente Orden corría peligro por tener muchos enemigos en la Corte Romana, y era conveniente estuviera ,cerca para poderh defender, si fuese necesario. No_ comprendiendo, sin dudá, el Santo, todo el sentido y alcance de las pala- (1) Espejo de perfección, LXV. Edición Sabatier, pág. 121.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz