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53 - fico Padre - y no pudiendo por mis enfermedades cum– plir con l,o que os debo, os suplico recibáis con gran caridaid lo que os expongo en estas pocas palabras. "Rreflexionemos todos ,los edesiásticos sobre el gran pecado que cometen aigunos por ignorancia con1ra el sacratfaimo Cuerpo y Sangre de Nuestro Señor Jesu– cristo y contra las santísimas palabras por cuyo medio se haice la consagración; porque sabemos que su Cuerpo y Sangre no pueden hallanse presentes sin haber prn– nunciardo aquellas palabras. No tenemo,s ni vemos otra cosa real y sensible en este mundo de aque 1 l Ailtísimo Señor, sino su Cuerpo y San,gre y sus palabras, que han servido para resditamos y hacernos pasar de la muerte a la vida, como por su palabra fuimos criados. "Por tanto, todos los que celebren este sagrado mis– terio, y especialmente :los que lo hacen sin discerni– miento, cons 1 ideren cual es en muchos parajes la inde– cencia de los cáilices en que se consagra, y la de los conporailes y demás paños que sirv:en al Santo Sacri– fido; con qué indignidad colocan, abandonan, nevan y reoiben unos el Cuerpo de Jesucristo, con la que le administran otros. Otras vieces se llevan por los pie,s su nombre y sus palabras. Tan ciier,to es que el hombre anima1l no conoce las cosas de Dios.. ( 1, Cor., 2-14.) "¿No nos hace la reHgión sensibles estos ultrajes que sufre el Señor lleno de bondad, que se pone en nuestras manos, que tocamos, que recibimos cada día en la Sa– grada Comunión? ¿No sabemos que hemos de caer en sus ma1110s? Enimendémonos, pues, de todas estas faltas, para no vo,lverlas a cometer más. "En cua,Jqui,er parte dornde se haHare colocado inde– cen1emente el Cuerpo de Nuestro Señor Jesucristo, se levante y se coloque en un luga,r predoso. Téngase cui– dado, asimismo, de recog,er y depositar en siüo honesto su nombre y sus pafabras, que ahora se hallan en algu– nos indecentes, Se sabe que debemos observa!' todas