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- 256 -,- llamase a su presencia a todos los religio•sos que se encontraban en. aquella santa casa de la ·Porciúncula, y consolándolos 1con ,pafabras amorosas por el s.enti– miento que les causaba su muerte,. los exhortó como Padre cariñoso al cHvino amo,r. Les habló después de la pacienda, 1de la pobreza p9r él tan amada y de la fidelidad ,que debían guardar hada fa Iglesia Romana, rewmendándoles sobre todo la observa,ncia del Santo Evangelio. Estando, ,pues, arrodillados alrededor suyo todos los religioso~, extendió sobre ellos la.is manos, doblando uno sobre el otro 1los brazos· en forma de cruz, ipor el singular amor que profosó siempre a esta señal sacrosanta, y bendijo, en nombre y virtud del ,cru.,. cifkado, a todos sus religiosos, tanto presentes como aunsentes, y .además añadió: "Temed al Señor, amados hijos míos, iy ,permaneced siempre.unidos a. él. Y por– que se aproxima una grande prueba y se él!Cerca ya la hora de la tribu:Ia!Ción, sabed que serán dichosos aque– llos .que perseveren en el bien cómenzado. Yo por mi parte vuelvo a mi Dios, y os dejo muy encomendados a su grada" ( 1) . (1) Sán Buenaventura: Leyenda, cap. XIV, núm. 5. FIN