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- 252-'-- 269. Bendice a todos los celadores observantes de la seráfica Regla. Oyendo que iJa buena vida y fas costumbres de sus: hijos dispersos por el mundo .inducían a muchos al ca– mino de fa verdad, se r-egocijaba en espíritu, y colmán.,. d01los :de bendiciones dignísimas de todo aprecio, decía: "Benditos seáis :del Señor, vosotros que conducís a Dios a .lo.s descarriados pecadores, les mostráis el camino de la verdad, y os conserváis puros y sil]ceros en la santa obse-rvanda del Evang,e]io. El que os bendiga, sea bendito del Señor; eil que os favorezca u os acoja, re– ciba la mer,ced sempiterna. Ninguna potestad ejerza sa-– tanás en vosotros. No os tienie más de lo que podáis resistir. Tened poderío sobre él y sobre los suyos, po– seed sus ,puertas, a,podernos de sus despojos. El Poder del Padre os ayude, la Sabiduría del Hijo os dirija, y la Olemencia de:J Espíritu Santo os favorez,ca. Amen" ( 1). 270; Bendice a la ciudad de Asís, Viend9 .el siervo de Dios, Francisco, que se a·cercaibia el día de su muerte, roigó a los religiosos que le lleva– sen al convento de Sanfa María de los Angeles, queden– do, como observa San Buenaventura, exhalar e.! último suspiro de la vida wllí mismo donde año:s antes había recibido con tanta abundancia 1Ios dones del espíritu. Ejecutóse como. él deseaba, y cuando llegó al llano que hay entre la dudad y el convento, preguntó a los que iban con .él si habían llegado al hospitail .de los lepro– sos. Habiendo respondido que sí, "Volvedme - ~es dijo - hacia la.ciudad y ponedme en el suelo". Incorporán– dose entonces sobre las andas en que le llevaban, •rogó por Asís y por todos sus habitantes. Derramó asimis.mo algunas 1ágrimas, teflexionando sobre fos rna1es que pteveía había de padecer la ciudad a causa de las gue– rras, y la bendijo de esta manera: "Bendi_ta tú eres del Señor, ciudad fiel a Dios, ponque por ti en _ti se sal- (1) Wadding: Obras de San Francisco, t. IU.

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