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-,- 248 ~ Fray Pabilo, .que se ·había enternecido. profundamentep quiso .comprar la oveja, 1pero no .tenían otra cosa que sus raídas túnicas. Y .como <deseaban satisfacer el pre– cio, al· ,instante ipresentóseles un comercian.te que iba de camino, el cua 1 1 les regaló el dinero que necesita1ban y compraron la oveja; Habiendo llegado a Auximio, .el Sanfo se pvesentó al Obispo, quien le recibió con gran– des muestras de cariño al Santo, y admirándose de que llevasen en su compañía una oveja; el Santo díjole una tan hermosa paráboiJa ·sobre la oveja, que el übispo quedó admirado y conmov,ido, bendiciendo a:J Señor por la pureza y sencillez del Santo.. Esta oveja, al siguiente dfa, fué .llevada a un monasterio de r,eligiosas para que la cuidasen. Quardáronla pormúcho tiempo, y después, de su lana, tejieron al Santo una túnica, que recibió con grande a>legría y .besó muchas veces, conv,idando a los circunstantes para que se unieran a su gozo ( 1 ). 264. Tierna compasión del Santo hacia dos corde– rillos. Caminando el Santo por ]a Marca de Ancona acom– pañado de otro religioso, salióles al ,encuentro un indi– viduo ,que llevaba atados y colgados del hombro dos tiernos corderillos para venderlos en ~l mercado. Como oyera· eil Santo sus baHdos, sintió conmovérsele las en– trañas, y lle,gando a ellos, los .acarició tiernamente, de-– mostrando .tanto afecto y compa,sión, cua,l una madre que oye llorar a. sus hijitos. Luego dijo al aldeano, "¿ Por qué haces sufrir a mis hermanos los corderillos llevándoJ.os atados y colgando?" A .Ío qu,e .respondió aquél: "Llévofos a•l mer,cado. para venderlos, pues ne– cesito el dinero que puedan ·valer".. "¿ Y qué será .de ellos", insistió el Santo. "Los ieomiprndores, sin duda, los matarán y comerán", con.testó aquél. "No quiera Dios que así sea - contestó el Santo-. Toma este manto quellevo endma y dame los corderillos". Aquél (1) Celano: Vida Primera, cap. XXVIII, núm. 77-78.

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