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- 239- campo, a las corrientes de 1Jos ríos, a la ufanía de Oos hu,ertos, a .la tierra y al fuego, a,l aire y al viento. En fin, a todás daba el nombre d:e heimanas, ·porque en to- , das encontraba las perfocdones divinas ( 1). 25L Afectp y admiraoión hacia ·los gusanos y las ~ajM. , El! afeicto y la ter,nurn deil Santo se dirigía hada to– dos los .ani,rhal,es. Y cuanto más humilde y despreciable erae.l anima,J tanto con más afecto v cariño le trataba, por,que le repriesentaba más al vivo a· Cristo Señof nues– trc. Su r,e,Jigiosa piedad y su sencillez se dirigían a los despr:edafües gu,sanillos,por quienes.sentí.a indecible áfoC-· to, porque recordaba haberse dicho del Salvado:r: "Gu– sano so,y y no hombre". Y obligado de su cariño, rie– cógíalos d'el camin0 y dejábalos en lugar s,eguro para que no fuesen apfastados por los pies de los transeun– tes. Otro de los animallillos que exdtab.a. toda su admi– ralCión era la indust1:iorsa a;heja. En e1 rigor del inrvi<er-c no .hacía servirles mieJ y vit;o generoso, a fin de que no peredesen. Considerando las aptitudes que diemos,tra– ban las, abejas, sentías,e en sumo grado movido a la afabanza de Dios, que más de una vez llegó a emp1eai– un día entero a. elogiar sus labores y las de las demás criaturns. A sernej 1 anza de. I.os tres jóvenes del horno de Babilonia, convidaba a todos los elementos a. alabar y engrandecer al Crfador ( 2). · 252. Pídele a un joven unas tórtolas que iba a vender. Iba un joven a la ciudad de Sena a vender unas tór– tolas que ha,hía cogido er eiJ .~amino, .cuando, encon– trándole nuestro amado Santo, je dijo: "Ved a a;quí las aves inocentes con las que ,compara la Saigrada E,scri– tura a las a1lmas castaJs y fieles; os ruego con vivas an– sias no las déis a quien las mate, ~ino que las fiéis a (1) Celano: Vida Primera, cap. XXIX; núm. 81.-San Buenaventura:. Leyenda, cap VIII<, núm, 6. · (2) Ce!ano: Vida Primera, cap, XXI, riúm. 80,

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