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~ 2 34- Sol, y se observará que, si la letra aparece muerta, sin embargo, existe en estos escritos un sa1bor y. una dul– zura inexplkables ( 1). 247. Describe el Santo .la muer.te del pecador. A'! leer !la primera epístoll 1 a que dirige a todos los freles de la cristiandad, con su persuasiva palabra pe– netrante de la ciencia del amor divino, el Santo da sa– piientísimos avisos para servir y amar a Dios, hacer viida de penitencia, ayunar en sentido reail y simbólico, absteniéndose de vicios y peca1dos, amar y favorecer a líos amigos, no buscar 1la sabiduría mundana ni los puestos elevados, orar mucho, hacer penitencia, comul– gar y reparnr el mal que se ha hecho. P,ero lo más ad– miraib!J.e de esta carta es el cuadro que de mano maestra nos pinta de la muerte del pecador. Dies:críbelo de este modo: "Eil cuenpo se ,poHe enfermo, \la muerte se acer– ca, y los parientes y aimigos vieneH diciendo: dispón tu casa. Y he aquí que su mujer, sus hijos y los parientes y amigos aipareHtaH llorar, mirando en torno suyo, a los que ve que están llorando y se conmueve, y ,pensan– do ·entne sí, dice con mailas impresiones: He aquí que yo 1pongo mi alma y mi cuerpo y todas mis cosas en vuestras manos. Vendaderaimente este hombre es mal– dito, ,porque entrega su aiima, su cuerpo y todas sus cosas en tales manos, porque dice el Señor por su pro– feta: Maldito sea e:l hombre que pone su confianza en otro hombre. Luego llama al saicendote, al cual le dice: - ¿,Quier~s recibir el ,perdón de tus pecados? - Res– ponde: - Quiero. - ¿Quieres satisfacer con tu dine– ro las cosas· que defraudaste y adquiriste con engaños por aumentar tu hadend.a? - Resipon,de: - No. - El sacerdote J.e interroga: - ¿Por qué no? - Res,poriide: -Porque de todas .Jas cosas he diispuesto en manos de los parientes-. Entonces principia a perder el!' habla, (1) Boehmer: Analekten, pág. LII-LIII.-Jorgensen: lib. IV, cap. I, pág. 467.

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